30 de julio de 2014

Mini-Reseña: "SHEEPLAND"






Autores: Simone Luciani + Daniele Tascini
Jugadores: 2 - 4
Duración: 30 min.


Después de jugar con mis sobrinos (él de 13 años y ella de 10) algunas partidas veraniegas a este juego, me he decidido a reseñarlo. A ellos les ha gustado. Y a mi también.

SHEEPLAND era una apacible y tranquila isla de espacios abiertos llenos de ovejas en libertad hasta que un aciago día la funesta "fiebre capitalista" atacó a sus pastores... Y aquí es cuando empieza el juego. Y, por supuesto, nosotros somos los pastores.

Mecánica.

La isla se halla dividida mediante caminos en regiones de diferentes terrenos (montañas, prados, bosques,...), donde pastan libres las ovejas al inicio de la partida. Los jugadores comienzan con un dinero inicial prefijado y en su turno disponen de 3 acciones, con las que moverán su pastor por los caminos de la isla, cercando tras de sí las distintas regiones mediante fichas de valla; o desplazarán una oveja entre las regiones adyacentes a su pastor; o podrán comprar "participaciones" de los terrenos adyacentes también al pastor. No hay posibilidad de conseguir más dinero aparte del inicial durante la partida.

Cuando se acaban las vallas que van dejando los pastores el juego termina y se cuentan los puntos: se multiplica el número de participaciones que se tenga de cada tipo de terreno por la cantidad de ovejas que este contenga finalmente y se transforma todo en dinero, porque gana el pastor más rico. Hay también una díscola oveja negra, más difícil de controlar, que cuenta doble.


Conclusión.

Estéticamente SHEEPLAND es un juego precioso, de componentes currados, divertidas ilustraciones y un  tablero verdaderamente bonito, pero que a la hora de jugarlo no pasa de ser un filler ligero con mecánica de control de áreas, sin azar, que se juega en 20 minutos. Es muy familiar, casi infantil, y resulta graciosete por su sencillez, por el tema y por los dibujos.

A mi, que no soy demasiado exigente y me atraen los chorrijuegos, me entretiene, pero nada más. A alguien con un puntito más de exigencia creo que directamente le aburriría porque, aunque las reglas pretenden generar tensión y rivalidad, al final se queda todo muy descafeinado y se echa en falta más de emoción y competitividad (algo que una concepción de juego demasiado sencilla y tan escasa duración no permiten). Tengo que decir que yo solo lo he jugado a 3. Quizá con 4 jugadores la cosa cambie, así que habrá que probarlo, pero a 2 jugadores no creo que tenga ningún interés.

Complejidad: 1/5
VALORACIÓN: 2/5


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